domingo, 7 de septiembre de 2014

CUESTIÓN DE HOMBRES...

   Entre mis numerosos pasatiempos, (no me pregunten a qué hora), está la costura, (trajes, pantalones, exóticos caftanes con reminiscensias antiguas, "mumús", trajes de noche que dejan patidifusas a mis amigas, disfraces de carnaval, trajes para los hijos y otros ectéteras),y la carpintería.
   Mientras que nunca he recibido miraditas de lado cuando compro botones, cierres, hilos, agujas, dedales, gredas, (patrones, ¡nunca!), forros y telas, (porque es lo común, las mujeres a la casa y ya Las señoras al bordado y al tejido, a la costura y a la cocina, a cuidar niños o maridos, a lavar ropa o a mandar a la servidumbre, las señoras a lo suyo, caraxo, que lo "otro", es cuestión de hombres...)
   En cada ocasión en que mi oro pasatiempo, la carpintería, me obliga a adquirir los útiles o materiales indispensables, se perfectamente a lo que voy a enfrentarme en ferreterías, madererías, tlapalerías, expendios de pintura y hasta en los supermercados...
   Llego, femeninamente ataviada y apestando a perfume francés coo mofeta y pregunto con mi voz más dulce y sexi:
   -¿Tiene un martillo de uña, por favor?...
   -¿Un qué...?, indaga aterrorizado el chavito vendedor...
   -Un martillo de uña. Y que se Trupper, de mango anclado, por favorcito, digo yo...
   El chavito váse al fondo del local a traer mi pedido y mientras tanto, ¡TODOS! los sweñores que están en el mostrador de la ferretería se me quedan mirando con sorna, con ironía y con cara de ¡Santo Dios!. El vhavito vendedor, mientras tanto, ya le contó al resto del personal que una ¡señora!, está comprando martillos de uña...
  Si pido "colas de pato" del # 2... me traen del 3 o del 00, hasta que me enfurruño. Si exijo que el repuesto de mi cepillo sea de marca, pretenden venderme uno sin huela. Si afirmo que no quiere ese serrucho de costilla, porque ya tengo dos y lo que necesito es uno grande de tanto por tanto, no ha habido ocasión en que surtan mis pedidos sin miradas de complicidad, que significan algo así como "aquí está una tonta que no sabe", hasta que los plancho dándoles una lección sobre tarrajas alemanas, marcas de herramientas, números y medidas de clavos, tornillos, taladros, diámetros y longitudes, tipos de pintura y otras maravillas que bien me enseñó mi padre, pero que ¡Oh, Dios Mío!, son "cuestión de hombres, fíjese nomás...
   No importa. Mi colección de herramientas va muy bien con mi colección de tijeras, botones, dedales y cintas métricas, No hay nada más divertido que el tarado vendedor que me pregunta: ¿lo midió usted con cinta de señoras?. Y yo saco, socarronamente, mi flexómetro de mi delicada bolsa femenina y se lo planto en la nariz y le digo:
   -Lo medí con esto, jovencito y quiero la medida exacta, por favor.
   A pesar de todo, me he encontrado, en alguna maderería cercana a mi corazón, viejos vendedores que me atienden privilegiadamente: saben que se y don Élfego Hernández, por ejemplo, no se ríe cuando le pido una tabla de "1 x 8 x 10", cepillada y lista para usarse, ni don Víctor, en otra maderería, se burla cuando me ve llegar y sabe que le haré un pedido ligeramente exótico, (ahora estoy reconstruyendo un copero para mi bar), y le digo sonriente que necesito un triplay de cedro de 6, pero cortado así y asá, y me atiende como si fuera bien conocedora... Viejos amigos...
   ¿Cuestión de hombres!... ¡Ni madréporas!
   Cuestión de personas, de gente que tiene sus muy personales gustos y qué. Cuestión de que no hay de que asombrarse, porque la costura y la carpintería se hacen con las manos y NO con otras partes de la anatomía y, definitivamente, me seguiré divirtiendo con las caras de angustia de los otros compradores y de los vendedores que preguntan:
   ¿Usted quiere un taladro de 5/8?...
   Si joven, porque ya tengo de 3/4....bruto...
   Y nada más..
   PD: cambié máquina. No entiendo nada. Espero que esto pase. Saludos y gracias por estarme preguntando por la ausencia.
   

 SAN VALENTÍN, EL ENAMORADO              Yo quería escribir toda suave y modosita sobre San Valentín y contar su enamoramiento de la hija de...