El pasado jueves 16 de marzo, en el IVEC, gracias al apoyo de Margarita Peña, el Lic. José Luis Cerdán y yo, presentamos el libro de poesía de Ignacio García: "El Amor según Eisenberg", un día en que había sopetecientas presentaciones y cosas peores en otros espacios.
Aún así, el salón estuvo en casa llena y, tras la presentación que fue divertida y original, tuvimos gran charla con Lourdes Azpiri y Hurí Barjau, Tony Ramón, artistas y amigos muy queridos de hace muuuucho tiempo, que estuvieron para acompañar a Ignacio García, "El Poeta del RAC", como se me da la gana decirle con mucho cariño.
Gracias a los amigos Néstor Mora y José Antonio Mendoza, que se dieron una escapada para acompañarnos, lo mismo que al decimista, de los buenos, Sergio Gil y otros amigos cuya lista sería interminable.
Como me han dicho, los que fueron y hasta los que no fueron, que les había gustado lo que dije, pues aquí lo copio aunque con retraso, pero es que el mundo camina que es un horror de rápido y no se diga más.
Dije, esa noche, (además de otras cosas no publicables):
Ignacio García, el poeta, no es el improvisado de la Literatura, como muchos otros que nos hemos encontrado en el camino, quienes a cada rato lunes, piensan que manejar el v erso libre es poner una frase tras otra, sin el menor recurso literario, sin el menor asomo de originalidad y, sobre todo, sin nada de valor tras las palabras.
No. Ignacio García es uno de los poquísimos poetas y ensayistas veracruzanos que, tras cada frase, cada cuaderno, cada libro, tiene un pesado y callado equipaje de conocimientos. Es lo que llamaríamos en otros tiempos "un hombre del Renacimiento".
Es decir, aquel que logra saber y hasta dominar varias disciplinas. Logra así, combinar la perfección del ritmo con la musicalidad, la razón con el sentimiento, el olvido con el recuerdo, la fatalidad con la alegría pura, una alegría que no es, necesariamente, la del escándalo y el caderazo, sino la auténtica, esa que se queda prendia "en el ocio de la cerne".
Esta, "el ocio de la carne", es una de las muchas frases impecables que enbcontrarán ustedes en la obra poética de Ignacio García. Versos que me ponen la piel de gallina, como se dice: "Ahógate y respira"... "el arte de tu ausencia".
Carajo: "el arte de tu ausencia"...
Con esta impecable calidad literaria, fundamentada en una cultura multidisciplinario, Ignacio García ha caminado un largo camino enb la creación poética, -no hablo aquí de sus ensayos, que son ramas de otro árbol-, sino de la búsqueda de la perfección en que el autor ha pasado cuando mebos los últimos 40 años de su vida, escribiendo "30 poemas en dos días o pasando seis meses sin escribir", como dijo hace rato, hasta que la inspiración más bien lo patea, porque la inspiración "viene de fuera, no sale de adentro", otra frase que me dejó patidifusa, porque no me había fijad que es cierto: puedo pasarme semanas sin dar un teclazo y de repente me entra una como diarrea mental intolerable.
En los cuatro cuadernos que integran "El Arte según Eisenberg", es decir Contractura del Alba, Esta frase - no verbo, Lo que el ojo debe a la Noche y La Piel de Árbol", el buen lector, (también hay malos lectores, por supuesto), podrá encontrar el poema que estaba necesitando leer "exactamente en este momento", o la figura poética que precisaba para definirse a sí mismo, ese tipo de poesía que nos provoca, al leerla y comprenderla, la gana de decir "exactamente así me siento", lo cual es uno de los muchos e infaltables elementos de toda obra literaria.
Si a usted, ni modo, le sigue pareciendo que la poesía es aquel verso inmortal que dice "Te amo Veracruz, porque extirpaste la pus y nos llenaste de luz, con la Cruz", es claro que no les recomiendo la lectura de El Aor según Eisenberg...
Pero si usted esta buscando la Poesía que es poesía, entonces más les vale leer, cuidadosamente, la obra de Ignacio García, conocedor de la obra poética de los contemporáneos sobre todo, de los más representativos de la segunda mitad del Siglo XX y, es claro, también habrá usted de haber leído a Kafka porque sólo "con una culturita general", como decía Juan Vicente Melo, es posibnle no sólo llamarse Carlos, sino comprender y disfrutar a nuestro poeta veracruzano, Ignacio García.
No se diga más...
