lunes, 20 de noviembre de 2017

¡DISPARA, MARGOT, DISPARA!

   Arturo de Córdova, (o alguien de su rodada), gritaba ¡Dispara, Margot, dispara!, en una novela que yo escuchaba en el radio con la tía Melany, hace tropecientos años, más bien asustada porque no entendía nada... Finalmente, años después le pregunté a mi Padre qué significaba eso... 
   Mi Padre, (que me enseñó a montar a caballo a los seis años), me explicó perfectamente el asunto: me llevó a blanquear con su pistola. Puso un papel blanco sobre un árbol y comenzó a enseñarme a manejar un arma corta. 
   -Primero se limpia, se checa bien, se pone una bala menos en el cargador. Apuntas con las dos manos y halas el gatillo... No tiembles... 
   Comenzó así mi fascinación por las armas cortas, (y algunas largas), hasta que logré reunir una respetable colección, que incluía una pistola Conmemorativa de la II Guerra Mundial, que me regaló un alto funcionario, a quien su señora esposa, que era mi amiga, le dijo: "A Marcela no le regales un perfumito, por favor, dale algo más adecuado a su caracter". ¡Ay carajo!, pensé yo... y llegó a mis manos aquella maravilla. 
  (Nunca, por mi fortuna, disparé ningún arma contra nada vivo. Encañonar y asustar a un par o dos de machitos mexicanos si. Con eso era suficiente...defensa propia meramente figurativa. Ni modo. Hasta que llegó un momento en que mi señor marido me cuestionó: "Ellas o yo". Otra vez ni modo. Vendí o regalé toda mi colección).
  Recuerdo todo esto por el tema de moda, las reformas a la Fracción III del Artículo 25 del Código Penal del Estado de Veracruz, relativo a la legítima defensa...
  Pero recuerdo también dos casos de mi Tesis Profesional, (1972), para escribir la cual entrevisté a todos los homicidas convictos del estado de Veracruz, en todos los penales. Copio de mis viejas libretas...
   ELLA: 21 años, tres hijos, convicta por el homicidio de su esposo, recluída 30 años en la fortaleza de Perote. 
   -¿Cómo ocurrió, señora?. Cuénteme.
   - Pues era un sábado y yo estaba planchando. Ya sabía que cuando él llegaba pues llegaba tomado. Se gastaba la raya en eso, en la tomadera. Y yo pues siempre tenía miedo, porque le pegaba a los chamacos y a mí. Yo estaba planchando... 
   -¿Y qué pasó?
   -Pues llegó y me comenzó a pegar de planazos con el machete... Y yo me "voltié" y le pegué con la plancha. Y "ái" quedó. "Ái" se quedó, en el piso...
   -¿Qué hizo usted?
   -Pues que iba a hacer. Le avisé a mi comadre para que me ayudara a vestirlo y luego me fui por la caja y a preparar el café para el velorio... Ahí me agarraron, en el velorio.. 
  ÉL: Más o menos 15 años. Convicto por homicidio desde hace tres años.  Córdoba. 
   -No sé cuántos años tengo porque no me apuntaron ahí donde lo apuntan a uno. 
   -Cuéntame qué pasó: 
   Es que mi apá se murió. Y nomás quedamos mi mamá y los otros tres, más chicos. Y mi mamá lavaba ajeno y yo cazaba conejos y los íbamos a dejar a Córdoba, por el mercado, que ahí los vendía mi mamá... Una tarde ya íbamos de regreso al rancho y entonces, en el camino, tres hombres salieron y atacaron a mi mamá, y ella gritaba y yo veía que la jaloneaban y ella seguía gritando... 
  -Y entonces les apunté con la escopeta y disparé... Y pues uno de ellos ahí se quedó y los otros corrieron al monte... 
   Ni ella ni él tuvieron abogado de oficio. "En tantito así" fueron a dar al tambo. Es seguro que ya salieron, porque estoy hablando de hace 45 años. Los dos, para cualquier juez que se respete, actuaron en legítima defensa... 
   Pero no hay muchos jueces que se respeten... 
   Y eso me tiene aterrada. Porque no creo, de ninguna manera, que hayan cambiado los moditos de nuestro sistema judicial. 
  Han cambiado las leyes y los diputados se ganan el pan de cada día haciendo reformas y luego las festinan y han cambiado los nombres: ahora se llaman "carpetas de investigación" y ya no es "la procuraduría", hoy se llama, muy a lo gringo, "fiscalía" y las oficinas son bonitas y el papel membretado también... 
   Pero me tiene aterrada el asunto porque se necesita mucho valor para no disparar un arma. Se necesita, además de valor, educación. Principios y valores.
   Y la gran mayoría de los mexicanos carece de tales cosas. Y en el remoto caso de que un ciudadano decente, educado y valeroso ejerciera su derecho a defender su vida y/o patrimonio, de él, su familia o los amigos muy queridos, ¿cómo le explica al señor "polecía" los hechos?... ¿Qué policía, analfabetos funcionales, entendería estos conceptos tan difíciles de comprender, hasta que pasa uno por situaciones similares?... 
   ¿Hay suficientes defensores de oficio, hoy, 45 años después de mi estudio?..¿Hay suficientes defensores de oficio preparados?. ¿Hay suficientes agentes o jueces, en este País, que no abran el cajón derecho para ver que cae?... ¿Los hay?... 
   No lo creo: los pillos se escapan vigilados por cinco policías y los pillos son liberados "por falta de pruebas" en tres días y andan por ahí tan campantes con sus playeras Polo compradas con el dinero que le robaron al que robaron, que hubiese tenido el derecho de repeler la agresión, pero tuvo más miedo de nuestro sistema de justicia que de los propios asaltantes..
   Y me regreso a los libros: ahora estoy estudiando la vis absoluta, que es lo que nos haría falta... 
   Y nada más... 


   




 SAN VALENTÍN, EL ENAMORADO              Yo quería escribir toda suave y modosita sobre San Valentín y contar su enamoramiento de la hija de...