lunes, 5 de octubre de 2015

PARA MAÑANA, QUIERO

   Este, en realidad, es un pecado de mi primera juventud, (ahora estoy en la tercera o algo así). No importa, que igual vale. Era la época, en Filosofía y Letras, en que andábanos cortando rábanos, descubriendo los hemistiquios, el verso libre, las lecturas de Proust y cosas peores, el nacimiento del boom y demás etcéteras, mientras del otro lado del charco, que aún no cruzaba, había sopetecientas guerras y unas más en el "Cono Sur", como le decían, muy cursis, los comentaristas de entonces...
Bueno: allí va...

PARA MAÑANA, QUIERO
Quiero abiertas las puertas.
Que se abran las puertas clausuradas
para que entre a borbotones y torrentes
una oleada de luz por las mañanas. 
Quiero encontrar las llaves extraviadas
por todos los rencores
para limpiarles el polvo de las iras
y abrillantarlas con lágrimas. 
Que no queden rendijas ni intersticios,
que no queden rincones 
sin el paso del sol en la alborada. 
Quiero abrir las fronteras, las aduanas
y desgarrar los mapas de colores
para lograr un mundo transparente
sin límites impuros, sis nostalgias...
Quiero abiertos los labios para el beso
o la sonrisa amiga,
quiero abiertos los ojos sin los llantos
de las perdidas causas,
quiero abiertos los brazos de los hombres
para abrazar al hombre sin rencor ni saña. 
Quiero abiertos los campos, 
las espigas abiertas, las semillas regadas...
Quiero abiertos los montes, las llanuras, 
las tundras, las montañas, 
quiero abiertos los cielos y los mares,
quiero abiertas las calles para pasear a solas
sin llevar guardaespaldas.
Quiero abiertos los campos infantiles
para niños descalzos y harapientos: 
que se abra el portón de las escuelas 
para todas las razas...
Porque he visto a los hombres y mujeres
dirigirse al panteón con gesto umbrío
murmurando en las fosas cumunales
los nombres de sus hijos.
Porque he visto los rostros desgraciados
de los que sufren frío 
y me revienta 
¡ y me revienta de dolor el cuerpo!
por todos los heridos.
Quiero abiertas las puertas de este mundo
para los hombres aún no concebidos. 
Quiero encontrar las llaves extraviadas
de las puertas cerradas
para dárselas al hombre del futuro
que es la mano infantil que me acompaña...

   Se la escribí a mi hijo, Arturo Prado Revuelta, el 2 de enero de 1968, hace apenas 47 años.... 
   Y nada más...



 SAN VALENTÍN, EL ENAMORADO              Yo quería escribir toda suave y modosita sobre San Valentín y contar su enamoramiento de la hija de...