jueves, 8 de marzo de 2018

CAMBIADOR DE PAÑALES...

   Supe que había hecho algo medio bien, (como madre, que nunca fui madre abnegada y tuve todos los defectos del mundo, en un papel que me quedó grande), un día en que, en un restaurante de la ciudad de México, mi hijo Arturo, con su pequeño bebé en los brazos,  mi nieto mayor, regresó a la mesa y dijo:
   -Madre. Pide una hoja de quejas. Me han discriminado... 
   Yo de inmediato corté cartucho, desenvainé la espada y, con la siniestra, empuñé la vizcaína, -esa corta y mortal daga toledana-, y pregunté:
   -¿Qué pasó?... 
   -No hay cambiador de pañales en el baño de hombres... 
   -¡Ay, carajo!. Eso es grave dije...
   Es claro que llenamos la hoja de quejas, la entregamos en la gerencia y armamos un buen tango... Pero en este país las quejas de los ciudadanos valen una pura y dos con sal, o séase, nada. No hemos regresado al tal restaurante discriminativo y nunca me enteré si, finalmente,  habían puesto cambiador de pañales en el baño de hombres. No sé. 
   Pero esto no es una broma ni una simple historia, verídica. 
   Es la realidad que vivimos las mujeres... 
  Porque a las mujercitas nos ponen el en baño cambiador de pañales y muchos espejitos, "Espejito, espejito, quién es la más bonita del mundo...". Y ponen expendedor de pañales, toallas sanitarias, jaboncitos, frasquitos de perfume, por si las moscas, y otras cuestiones que no quiero saber. En los baños, donde, si es cosa de mucho postín, está una mujer con cara de amargura atenta a proporcionarnos, a nosotras, las otras, las afortunadas, pañuelitos y todo lo que nos haga falta... Mujeres.. 
   Pero hoy, que es el Día de la Mujer, yo no me felicito ni felicito a las demás mujeres. Me sigo haciendo responsable y las hago responsables de la mitad de la culpa de que las mujeres sigamos siendo objeto de discriminación en todos los órdenes de nuestro sistema social: en el hogar, el trabajo, la escuela, la política, la administración pública, las empresas, los bancos, talleres y otras madres. 
   En todos lados. 
   En el ámbito político, por ejemplo, a diputadas, senadoras, primeras damas y otros cargos, a las mujeres les compete "la parte bonita": 
   A usted, señorita delegada de patatín, le toca repartir estufitas, despensas, sillitas de ruedas, llevar módulos de atención médica a las pobrecitas de la "coloña" o de la montaña, que las dos llevan eñe, checar las tarjetitas rosas o moradas o de cualquier otro color, tomarse la foto y luego guardar el diario en la Egoteca (la mía es gigante, lo confieso). 
   Eso le toca. 
   Porque las comisiones en que se discuten los grandes temas que competen a los ciudadanos de este País, que se nos está yendo de las manos, es "cuestión de hombres": las grandes comisiones de leyes, presupuestos, derecho nacional o internacional, educación, cultura y otros temas, son para que los discutan los niños, no las niñas, que ellas están bien allí, dedicadas a esa "parte bonita" de la función pública, fíjese que suave como aquel cómico de otros tiempos... 
   Y eso, señoras, lo repito, lo seguiré repitiendo: eso es cuestión de Educación. En la casa y en la escuela. 
   Pero sobre todo, en casa: por eso es que la mitad de la culpa es nuestra. 
   Siga usted criando machitos mexicanos: 
  -Tu hermanito no puede lavar los platos porque es hombre... 
   -Sírvele a tu hermanito... 
   -Eso es cosa de niños... 
   Siga usted criando a las futuras mujeres oprimidas, dedicadas al servicio:  
   -Esta muñequita hace pipí para que aprendas a cambiar pañales 
   -Mira la estufita! Se prende como de verdad! 
   -Con esto puedes hacer aretitos, moños y collares 
   -¿Qué te parece el jueguito de té princesita?... 
   No es cuento. Es la realidad. 
   Por eso es que hoy, Día de la Mujer, en que se recuerda la lucha iniciada en 1911 por las mujeres de Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza, no me felicito: me hago el propósito de continuar una batalla que tiene 106 años y que aún no hemos ganado... 
   Yo no quiero ser igual a los hombres, ¡la vida no tendría ningún chiste, carajo!... 
   No. Lo que yo y otras miles de mujeres quisiéramos es lo que se llama EQUIDAD: es decir, la justicia natural. 
   Pero está en japonésido explicarle a la niña que juega con la estufita, que usted le regaló, que tiene capacidad para hacer mil cosas más, diferentes a servir la comidita... 
   Y luego le sigo, porque aún no termino de poner el nuevo piso de la recámara de mis nietos... 
   Y nada más... 

   


    

lunes, 5 de marzo de 2018

LAS "VIOLETAS DEL ANAHUAC"

   Entre 1884 y 1887, fué editada la primera revista femenina llamada "Violetas del Anahuac", donde la escritora mexicana Laureana Wright Kleinhans, nacida en Taxco, fue la primera mujer en plantear, en un medio impreso, "la necesidad de otorgar a las mujeres el derecho al sufragio y ofrecernos igualdad de oportunidades"..
   Estábamos, en aquellos tiempos, así, "como violetitas desmayadas" sobre el alféizar de las ventanas, dicho en el más estricto sentido peyorativo y con toda la mala voluntad posible. Éramos la "capitis diminutio" que seguimos siendo, aunque ahora a sabiendas, porque nos ganamos a pulso el derecho a los estudios superiores, no importa si muchas  mujeres, desperdiciando la oportunidad, cuelgan el título en la sala y permiten que el marido las mantenga y las oprima. 
   Con tales nefastos antecedentes, las mujeres mexicanas lograron publicar, en 1904, otra revista, "La Mujer Mexicana", editada por Luz F. Viuda de Herrera, que dirigió Dolores Correa Zapata, en la que ellas y otras intentaron difundir su problemática y su ideología, sus aspiraciones y sus sueños, eso sí, en el engominado lenguaje de aquellos tiempos... 
   Cito textualmente parte de su llamado: 
   "Debemos formar una colectividad en la que las mujeres hallemos las enseñanzas que eleven nuestras almas para conseguir con éxito seguro una emancipación racional y justa, sin que abandonemos las tareas del hogar".... 
  ¡Ayyyyy! 
   Lo que ocurre es el el jueves 8 se festeja el Día Internacional de la Mujer. En muchos países, las mujeres están convocando a marchas y otras madres, para continuar una lucha que las Naciones Unidas sólo comenzaron a festejar en 1975, cuando se celebro el Año Internacional de la Mujer, con bombo y platillo y seguramente los platillos los hicieron mujeres, carajo... 
   De hecho, fue en 1911, el 19 de marzo, cuando se celebró por primera vez el Día Internacional de la Mujer en Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza, con mítines impresionantes a los que asistieron más de un millón de mujeres y hombres, si señor, hombres apoyando a sus mujeres, bravo por ellos, mientras aquí en México andábamos no cortando rábanos, sino a tortazo limpio "encomenzando" nuestra Revolución. 
   En tal fecha, las mujeres exigían además del derecho de voto y de  ocupar cargos públicos, el derecho al trabajo, a la formación profesional y a la no discriminación laboral.
   ¿Le suenan conocidas las tales exigencias de 1911? 
    Si: porque siguen siendo iguales 106 años después. 
   Me ha tocado andar del tingo pero sobre todo al tango y asistir a numerosas charlas, simposios, conferencias, coloquios, encuentros y otras madres, nacionales e internacionales, sobre el tema de la Mujer: siempre lo escriben con mayúscula. 
   Y la lucha continúa, naturalmente, porque en tales encuentros he sufrido algunos cuestionamientos, porque sostengo la terrible teoría de que la mitad de la culpa de nuestra situación... es de nosotras. 
   De nosotras. Perdón. En "comenzandito", porque Fulanita en cuanto se casa pierde el nombre, entre otras cosas y pasa a ser "Fulanita de Tal", y no conserva su apellido, cuando conforme a la ley "si un cónyuge lo desea puede agregar el apellido del otro cónyuge al final de su nombre", es decir, su marido, señora mía, tiene derecho a ponerse su apellido, carajo y casi nadie lo sabe porque no les gusta leer...
   De nosotras. Perdón. Porque al niñito se le atiende pero a la niñita se le regalan muñequitas para que aprenda a cambiar el pañal y estufitas para que aprenda a cocinar, desde chiquita, claro... De nosotras... 
   Estos ejemplos que no bastan pero dan una idea de por qué la mitad de la culpa, alma mía, sigue siendo de nosotras las mujeres: las que perdemos nuestro apellido, colgamos el título, educamos machos mexicanos y niñas serviles, trabajamos el triple y no exigimos nuestros derechos y cuando lo hacemos, las primeras que nos critican son las otras mujeres. Ni modo... 
   Como ya estoy hasta el moño de tales asuntos, he dedicado un poco de mi tiempo a implementar un "Curso de Formación para Hombres". Cuyo único "objetivo pedagógico" es que le permita a los hombres desarrollar esa parte de su cuerpo de la cual ignora su existencia: El Cerebro... 
   El Curso tiene Cuatro módulos y 15 Cursos Complementarios. Siendo tan complicado, el curso tendrá un máximo de tres alumnos... 
   ¡Feliz Día de la Mujer!... Yo me voy a instalar el nuevo piso de la recámara de los nietos, que me está quedando de maravilla... 
   Y nada más. 



   


 SAN VALENTÍN, EL ENAMORADO              Yo quería escribir toda suave y modosita sobre San Valentín y contar su enamoramiento de la hija de...