lunes, 19 de febrero de 2018

CUESTIONES DE LA "COLA NOSTRA"

   Aquellos que piensen que la "cuesta de Enero" es nomás en Enero, están totalmente equivocados. La "cuesta", ¡lo que cuesta!, se prolonga febrero, marzo y quizá "para abril o para mayoooo", las amas de casa habremos terminado con los pagos anuales de toda casa que se respete o, más bien, de todo ciudadano cumplidor... Que no somos muchos, fíjese bien... 
  Porque si usted es organizado, sabrá que "comenzadito" el año, los buenos ciudadanos debemos cumplir con los pagos del predial, el agua, la tenencia, la verificación vehicular, (que ni es verificación pareja porque miro los urbanos y los taxis contaminando alegremente y sin placas, carajo), el seguro del auto, de la casa, (acuérdese de que, además de inundaciones, ahora la Tierra nos está avisando y a cada rato tiembla, pero qué es esto, como diría un personaje de una obra de teatro que ya se me olvidó...) 
   No habían llegado los recibos del agua y de la luz: pensé, primero, que los autores de tales papeluchos estaban crudos de Navidad o de Carnaval, que de todo hay en la viña del Señor. Pero finalmente, aparecieron no en mi buzón, sino traspapelados en el piso de la cochera, donde son alegremente pisoteados por Pokky y el gatuperio que todas las noches se instalan al romance y quedan hechos un asco... 
   ¡Por fin!. ¡El recibo del agua!... Habiendo cumplido con los trámites previos para asegurar que: a) soy jubilada, b) pertenezco a la tercera edad y tengo modo honesto de vivir, (en diciembre), me armo de valor y decido cumplir con mi obligación... 
   Dos vueltas a la manzana y por fin encuentro lugar para estacionarme. El auto de adelante se desconchifló todito porque, era tan gran, que no cabía en la miseria de espacio y el taxista de atrás me dijo cosas muy feas con el cláxon, porque, ni modo, se notaba que pertenezco a la edad de oro y para colmo "vieja", que tenemos una fama bárbara que en mi caso no funciona: me estacioné en dos movimientos que no le cuento para no darle envidia.   
   Compenetro al espacio, como diría Cantinflas y un jovencito ya tantito de mal humor me da una tarjetita enmicada con el número sopetecientos. La cola, pensé. Pero no hay cola porque hay sillas pero, inteligentemente, decidí que si "era cola", porque aunque sentados, igual teníamos que esperar un tantito de tiempo. 
   Pocas cajas y una sola pantalla para avisar "turno tal en tal caja"... Modosamente me atreví a preguntar en que pantalla aparecería mi número: 
   -Ahí le avisan.. 
   -¿Cómo?.. 
   -Pues la chava que está allí gritando... 
   -¡Ah!, la modernidad, pensé. Afortunadamente, llega un mi amigo a los mismos trámites y el tiempo se me pasó rapidito, mientras nos contábamos la historia de nuestras vidas, que coincidieron hace mil años en tareas académicas y administrativas, que son las peores... 
   La pantalla cambiaba. La niña gritaba... 
   Frente a mi, un hombre joven, que ya estaba comenzado a encanecer, espera pacientemente. La señora mayor, (mayor que yo, digo), no lleva todos los papeles que le piden y además, le piden copias. La chava que no se despega del celular pierde su turno y arma bronca. El ancianísimo que está a mi izquierda, quien apenas puede caminar, también está a punto de perder el turno.. 
   "Esto es la 'cola nostra', lo juro", pensé ya como a las dos horas de espera. 
   No hay, por supuesto, una caja especial para las terceras edades, carajo... Y entonces, ¿para que me hacen hacer otra cola para llevar mis papeles "comprobatorios" de que pertenezco a tal grupo social y además estoy debidamente jubilada, pago impuestos, ¡todavía! y santos papeleríos, Batman!... 
  Nadie sabe explicarme pero eso sí, nos informan que "no se puede pagar el año completo, que solamente mes a mes"... 
   ¡No!. Pensé. NO. ¿Hacer este colerío de la "cola nostra", (porque es una especie de mafia, no)?, doce veces al año... Moriré antes, me dije. De infarto al "suocardio", de ellos, no el mío, como es claro... 
   Que no le engañen: si se puede cubrir el costo del servicio de agua de todo el año. No tengo la menor idea de quien soltó el rumor, en radio bemba y otros lugares, de que los ciudadanos cumplidos tendríamos que hacer esa cola (sentados), durante todo el año. No lo sé... 
   Lo que sí se es que salí triunfante con el maldito papel en la mano y ahora sólo tengo que esperar, otra vez, once meses para la próxima "cola nostra", pero no estoy segura de que sean los mismos y con los mismos sistemas, porque en este País nos cambian ¡todo!, cada vez que se les da la gana y nos dejan patidifusos... 
   Ya sólo me falta el predial, porque no pude hacerlo por internet: mi nombre no aparece y que tal si pago el predial de otra persona. Ni madres, dije... 
   Haré otras horas de cola... 
   Y nada más... 





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