sábado, 15 de octubre de 2016

CONY, ENRIQUE Y DAVID

   Anoche, en el Salón Los Amorosos, del IVEC, Cony Herrera, Enrique Ledesma Prieto y David Barquero como un impecable Moderador, (nunca presumió "lo que sabe", sino preparó las preguntas para hacer lucir a los expositores, además de controlar casi perfectamente los tiempos de participación, que son algunos de los detallitos que hacen un buen moderador), se realizó el encuentro "Cultura y Espectáculo, también es Periodismo", con una muy decorosa afluencia de público. 
   Cony y Enrique, además de lucir "todos de negro hasta los pies vestidos", estuvieron magníficos. 
    Me agradó muchísimo, en sus voces, conocer sus experiencias para llegar a ser lo que ahora son y estar preparados para lo mucho más que serán, pero eso es cuestión de tiempo.    
   Oyéndolos, los viejos maestros como yo sienten que hay otra generación que está haciendo las cosas decentemente y que, ellos mismos convertidos en maestros, lograrán, ¡por favor!, preparar a las siguientes generaciones. 
  Ambos comenzaron "desde el principicio", es decir, cubriendo las fuentes que les ordenaban, les gustara o no y, poco a poco, con esfuerzo personal y dotes, (por ejemplo, saber escribir, fundamento de todo periodismo), lograron ir ganando esos espacios que, en los medios, cuestan un ojo de la cara y no se obtienen por la cara bonita, sino porque se demuestra capacidad, la "culturita" de la que siempre habló Juan Vicente Melo y una vocación de periodistas que se descubre, tarde o temprano, y que lo pesca a uno para siempre jamás y no hay remedio que valga. 
   Espero que a todos los presentes les hayan quedado muy claros los conceptos de Cony y Enrique: el título de periodista no es el papelito que les dan en la Universidad, ni la maldita credencial, sino un esfuerzo cotidiano y un aprendizaje constante. 
   A mí me quedó muy claro que el periodista de cultura y espectáculos es "el difusor de los hechos", (como ocurre en casi todos los demás géneros de la comunicación), y que es el público lector el que, finalmente, debe formarse su propio criterio, aunque en estos tiempos el público lector, (en caso de que exista), quiere que le den todo como tamal: enrrollado, bien cocido y con algo de picante. 
   -No soy crítica de Arte, dijo Connie. Pero procuro ir formando mi criterio y siempre invito a los lectores a que acudan a la exposición que reseño, por ejemplo, y que cada uno tome su decisión sobre la obra expuesta. 
  Enrique, por su parte, nos contó como es que nace Galería, esa sección coleccionable de su diario y la congruencia que debe existir para compartir espacios con otros géneros que también interesan a los lectores de medios impresos, cada vez más escasos y más bien difíciles de encontrar. 
   Para el que no está enterado del asunto, que pueden ser muchos, todo medio impreso tienen sus prioridades: las notas de primera plana salen mañana, "A H", que traducido al jarocho quiere decir "a huevo", lo mismo que el triunfo o derrota de los Tiburones, (los volvieron a poner patas arriba con un 3- 2), o la nota roja, hoy llamada "Sucesos" en todos lados, porque el ávido público lector comienza leyendo esta sección: cuántos muertos, heridos, secuestrados, encarcelados o licenciados andan por allí y quién le pegó a quién y de a cómo... 
   Así, la nota cultural y de espectáculos e incluso la nota social, se publica dos o tres días después y Santas Pascuas, tenemos que dar gracias de que existan espacios para estos temas y no andar fregando la paciencia al periodista, ¡que mucho hace!, porque los artistas, escritores, promotores, y toda la fauna posible, quiere verse ¡pero ya, carajo!, sin pensar en la dificultad que enfrentan los reporteros de estos temas todos los malditos días de la vida. 
   Una pequeña parte del público, "el factor X" de la comunicación, estaba formada por estudiantes de periodismo, no se de cual institución. ¡Me alegro de no saberlo!
  Porque verá usted, a la hora de las preguntas se armó, como siempre, la de Dios es Cristo.  
   Primero, los que preguntan no preguntan: dan otra conferencia. 
   Segundo, se salen del tema y nos cuentan sus experiencias personales.
   Tercero: exigen que los expositores, en este caso periodistas, "los enseñen a leer"...
   Los respetables jóvenes estudiantes si que me pusieron a pensar. Cuando tomaron la palabra, me sentí muy confundida, por no decir "sorprendeja": nadie me avisó que habíamos pasado del Español al Esperanto, porque la formulación de sus comentarios eran, con todo respeto sea dicho, una muestra de que les enseñan todas las técnicas pero nos les están enseñando a leer ni a escribir ni a hablar. 
   Soy una vieja maestra jubilada, pero podría decirles que nadie les va a abrir la puerta y los invitará a asumir la dirección de un medio: por el contrario, les darán con la puerta en las narices y después de sopetecientos años, si ya aprendieron a leer y escribir, es probable que logren convertirse en periodistas, porque les confieso a mis tres lectores y medio, que los pequeños comentarios de estos jóvenes no tuvieron pies ni cabeza, se notaba un absoluto desconocimiento del lenguaje, no me pareció que hayan aprobado Gramática ni Sintaxis y no me gustaría ver un texto escrito porque me daría el simposium... 
   No se trata aquí de hacer la crónica completa de las más de dos horas de charla, sino de poner a pensar, a los que no fueron, que por qué no fueron y a los que estuvimos allí, muy a gusto, hacerles recordar lo que ocurrió en una tarde veracruzana sin vientos huracanados del suroeste...
   Un abrazo Cony, Enrique y mis felicitaciones cordiales, incluyendo por supuesto a David, el espléndido moderador. 
   Y nada más... 




1 comentario:

  1. Muchas gracias por su acertado comentario, esperamos que podamos aportar algo a estas nuevas generaciones de comunicadores que vienen a iniciar el camino.
    Un abrazo maestra.

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